Hubo un Día curvo
Hubo un Día en el que fui tu héroe, hubo un día en el que fui tu maestro, en el que fui tu seguridad, tu consejero, tu amigo, tu guía y tu mundo. . . quiero que sepas que vivo para servirte, que eres mi vida, que no importa nada, siempre te estaré esperando para volverte a abrazar. Con todo mi amor, Tu Papa
Panel cóncavo laqueado en acrílico blanco sobre el cual se escribe un poema. Se insertan 9 cuadros con una pintura de un cedro libanes al óleo, acrílico y hoja de oro.
160x100x20 cm
Carta de un Padre a su Hijo (a).
Hubo un día curvo
×Imagine estar ante una obra que captura la esencia más pura del amor paternal. Visualice un panel cóncavo, bañado en la pureza del acrílico blanco, que sirve de lienzo para las palabras más profundas de un padre. Palabras que trascienden la tinta, resonando en el alma, evocando recuerdos de momentos compartidos y lecciones impartidas. "Hubo un día en el que fui tu héroe, tu maestro", comienza la carta, una invitación a explorar la inquebrantable figura paterna a través de un viaje visual y emocional.
Esta narrativa visual se enriquece con nueve cuadros, cada uno una ventana a la majestuosidad del cedro libanés, símbolo de fortaleza y perdurabilidad, metafórico del amor incondicional de un padre. La técnica mixta de óleo, acrílico y hoja de oro confiere a cada cuadro una dimensión única, entrelazando arte y legado en una danza de luces y sombras.
Con sus dimensiones generosas, este testimonio tangible del amor paternal supera los límites de su estructura física, convirtiéndose en un mensaje de amor eterno. "Quiero que sepas que vivo para servirte, que eres mi vida", prosigue la misiva, cada frase un reflejo del compromiso eterno de un padre, una promesa de apoyo y amor incondicional.
Ahora, le invito a usted, a quien tiene el honor de contemplar esta obra, a permitir que la carta de un Padre a su Hijo sea un recordatorio del amor más puro y verdadero. Que cada línea, cada trazo del cedro, sea un eco de ese amor inquebrantable que siempre espera, siempre perdona, siempre abraza.
Este homenaje a la paternidad es más que una obra de arte; es un pedazo de corazón, un legado de amor y un recordatorio del lazo indestructible entre un padre y su hijo. Al contemplar "Carta de un Padre a su Hijo", lleva consigo un trozo de vida, un mensaje de amor y esperanza.
Le animo a apreciar y reflexionar sobre los lazos que nos definen, que nos moldean y nos sostienen. Que cada vez que su mirada se pose sobre este panel, sienta la calidez de un abrazo paternal, esa fuerza suave y firme que nos guía y protege. Con profundo respeto y admiración por el amor que ha inspirado esta obra, le presento "Carta de un Padre a su Hijo". Permítase explorar, sentir y conectar con este legado de amor.